La restauración de muebles antiguos es una muy buena opción para dar un toque diferente a la vivienda, ya que el estilo “vintage” se lleva mucho a día de hoy. Vamos a ver cómo es el proceso básico para restaurar un mueble.
Decapado. A la hora de poder trabajar con un mueble viejo lo primero que vamos a necesitar es eliminar las pinturas, barnices o lacas que puedan existir en la superficie. Para ello emplearemos la lija, un producto decapante o directamente podremos hacer uso de un decapador por aire caliente.
Lijado. Una vez quitados los restos de pintura es importante dar un lijado al mueble a fin de que las nuevas pinturas que podamos añadir a la superficie queden bien aplicadas y no vaya a haber problemas a futuro o resaltos derivados de un mal pulido. Para ello podremos emplear papel lija, que será de un 30 a un 80 para la madera maciza, de 100 a 180 para pulidos finos o de 220 a 400 para superficies más considerables. Para ello lo más recomendable sería utilizar una lijadora, más que nada para evitar posibles lesiones en a muñeca o quemaduras en los dedos.
Imprimación. Ahora toca poner una pintura base denominada “pintura de imprimación”, sellará la madera y permitirá que la capa de pintura se adhiera perfectamente.
Pintura. Escogemos el color de pintura más adecuado y lo colocamos. En este caso lo más recomendable sería la pintura acrílica.
Barnizado. Para poder proteger la madera aplicamos un barniz translúcido o de un color o tonalidad adecuado para el mueble.